La cerámica decorativa

Nociones sobre el sector de la decoración del tercer fuego

Tradicionalmente en las gamas de azulejos para el revestimiento de paredes (básicamente cocinas y baños) existían los colores lisos monocromos y los que llevaban una decoración, llamada serigrafía, con algún dibujo o motivo sobre el mismo. En su fabricación y posterior comercialización existían algunas particularidades propias de la tecnología existente en esos momentos. Cuando se programaba la fabricación de una partida de determinados metros cuadrados de la base lisa se dedicaba un cierto porcentaje de ellos a las piezas decoradas que tenían el mismo proceso, pero añadiendo al final la serigrafía decorativa sobre el esmalte aún sin cocer. Durante el proceso de venta de ese determinado modelo podía ocurrir que los clientes compraran únicamente las piezas de base pero no así las decoradas y éstas solían quedarse obsoletas e invendibles debido a que en las siguientes fabricaciones el tono (grado del color) resultante de la base no coincidía con aquellas.
Hacia el año 1982, en Italia, donde el sector cerámico siempre ha sido puntero y muy creativo, alguien tuvo la brillante idea de realizar la decoración sobre piezas de base ya cocidas, dándoles una nueva cocción. Por este motivo se le denominó decoración en tercer fuego pues en aquel entonces las bases se fabricaban mediante una doble cocción, la primera de la tierra y la segunda del esmalte. De esta forma, en teoría, las piezas decoradas tendrían exactamente el mismo tono de la base sobre la que se habían creado y esto evitaría el tener stocks inservibles en el almacén con el consiguiente ahorro de costes.
Como suele ocurrir en todos los comienzos, en sus primeros tiempos surgieron diferentes dificultades técnicas que se fueron subsanando rápidamente. En este sector las diferentes técnicas no han dejado de desarrollarse y han llegado a conseguir que se puedan realizar auténticas y magníficas obras de arte en la decoración cerámica.

J. Miguel MELIÁ